Memoria

El objeto del proyecto es resolver en un único espacio la Terminal de los vuelos entre las islas.

El acceso se produce desde la misma planta de facturación del aeropuerto, donde se dispone de un finger que conduce al pasajero al interior de la terminal, llegando a un balcón que le permite entender el espacio sin necesidad de señalética.

Desde aquí la Terminal se ve como una plaza cubierta desde donde se pueden ver los aviones, a los que nos aproximamos bajando unas escaleras.

Se trata, por tanto, de una concepción arquitectónica muy sencilla, al servicio del usuario, que actúa como reguladora de las relaciones que se producen entre los diferentes protagonistas: pasajeros, avión y edificio, sin entrar en diálogo con el edificio de la Terminal internacional, al que se anexiona mediante un simple cordón umbilical.