Memoria
El CS–Sa Pobla se ubica en un entorno suburbano, periférico, en una parcela aislada en un entorno indefinido, muy accesible eso sí, pero justo en la intersección de distintas tramas de usos (industrial, equipamientos, residencial y rústico).
El proyecto se plantea aislado en si mismo. Adopta tipología de claustro, de fortín avanzado si se quiere. Se rodea la parcela con una tapia alta (apropiándonos así del vacío generado entre ésta y el edificio), que se deforma hasta provocar el acceso a un patio interior que se escabulle del caos exterior con tal de conferir al edificio el estado de ánimo implícito al uso a que es destina.
La entrada, única, discrimina el acceso al PAC por un lado y al CS por el otro, garantizando de ésta manera la posibilidad de un uso alterno de ambos equipamientos. Una vez dentro el programa se distribuye por paquetes confrontados con la fachada exterior, mientras que las circulaciones se producen de cara al patio. Éste se convierte pues en referente constante que atribuye una claridad total al esquema distributivo.
La fachada interior resulta así muy acristalada. Se protege del sol por medio de lamas verticales, las cuales, junto con el tratamiento de la estructura portante inmediata le aportan el dinamismo que acompaña al movimiento interno.
Se realiza un esfuerzo de abstracción en las fachadas exteriores, obviando el diálogo con el entorno inmediato. Es así que aquello que se ve al otro lado de la tapia no es sino una piel metálica perforada sobre la que no se distinguen oberturas, dejando la conversación para más tarde, al caer la noche, cuando se pierden las referencias exteriores, se encienden las luces y el edificio se convierte en hito a la entrada del pueblo.
El acceso al centro se realiza desde la cara del solar más próxima al pueblo, llegada natural del centro. El acceso al edificio se realiza desde la zona verde que queda entre el núcleo urbano y el centro asistencial, el muro perimetral que rodea el edificio en planta baja en ese lado se quiebra suavemente para indicar el acceso y al tiempo sirve de soporte a la losa que forma el porche de entrada. A través de el se puede ver el interior del patio que rodea el edificio.
Desde el parque se accede por un lado al PAC y por el otro al Centro de Salud. En planta baja se desarrolla por un lado todo el programa del PAC y del otro se encuentran parte de las áreas del centro de salud. Desde el vestíbulo del Centro de Salud situado en planta baja del se accede a la planta superior por una escalera situada junto al patio-jardín que recorre un doble espacio el cual refuerza la relación visual y funcional entre ambas plantas. El piso superior está ocupado en su totalidad por el resto de aéreas del centro de salud.
El patio-jardín actúa como referente común de todas las aéreas y elemento dinamizador de las zonas de atención al público y áreas de recorrido mientras que el patio que queda por el retranqueo del edificio principal y el muro de cerramiento aporta iluminación y vistas privadas a las dependencias que por sus características requieren una mayor privacidad. El la planta superior dicha privacidad se consigue mediante la colocación de una malla de metal estirado que tamiza la luz y las vistas aportando una imagen homogénea del volumen que sobre sale del muro.